No hay nada más patético y cruel que arrebatarle un caramelo a un niño o una moneda a un mendigo. Los despreciables iconos de la prepotencia volvieron a ejercer su "derecho a todo", frente a un humilde Murcia, que salió con ganas, y a pesar de recibir un gol en contra (alrededor del minuto 3 del partido), dominó después el juego durante más de media hora...hasta que comenzó el baile de máscaras.
Lo inauguró Mourinho con una forzada autoexpulsión. El técnico portugués, sabedor de su impunidad en España, tuvo que llegar incluso a mandar a la mierda al árbitro para lograr el objetivo: Ser expulsado y lograr encender el partido y activar a las gradas, a la vez que se convertía en el centro de las miradas y descargaba presiones en su habitual práctica de psicología narcisista.
Podeis verlo en el video, alrededor del minuto 4:40.
Lo inauguró Mourinho con una forzada autoexpulsión. El técnico portugués, sabedor de su impunidad en España, tuvo que llegar incluso a mandar a la mierda al árbitro para lograr el objetivo: Ser expulsado y lograr encender el partido y activar a las gradas, a la vez que se convertía en el centro de las miradas y descargaba presiones en su habitual práctica de psicología narcisista.
Podeis verlo en el video, alrededor del minuto 4:40.
Por entonces, al Murcia todavía le bastaba un gol a lo largo del partido para encarrilar el pase a la siguiente ronda, y el Madrid volvía a estar encajonado en la desidia y el astío. Los visitantes habían conseguido llevar el ritmo del partido a donde querían, y el Madrid ya no iba a dar mucho más de sí.
Pero el baile culminó con una magistral demostración de desverguenza. El colegiado y sus asistentes desarrollaron una hemianopsia súbita, y no vieron nada en la jugada del segundo gol blanco (ni falta al portero, ni fuera de juego de Ramos...) y colorín-colorado, el partido se ha acabado. En la radio, los madridistas intentaban dar una vuelta de tuerca al asunto, atacando e incluso insultando al árbitro, al que acusaban de dar con "sus errores" un motivo para que se ataque al Madrid desde la falsa teoría conspiranoica, que tiene su orígen en la prensa catalana...y que debe tener lazos extensos, porque llega hasta el editor de éste blog...en la otra punta del país, donde lo más que se puede ver es el canal de los "mongolos" (Cuatro).
Quizás el error lo tuvo el entrenador del Murcia, al desvelar en Marca Tv que su táctica cambiaba a partir del 2-0, o tal vez fué el capitán del equipo, invitado al canal fascista del icono toreril....a partir de las 11 y las 12 de la noche respectivamente, en el dia previo a un partido...(¿No podían invitarlos dos días antes?...que bajo cae la prensa, que para influir en el partido llega a seducir a los humildes con unos minutos de gloria televisiva a cambio de perder el norte, la concentración y hasta el descanso).
Pero el baile culminó con una magistral demostración de desverguenza. El colegiado y sus asistentes desarrollaron una hemianopsia súbita, y no vieron nada en la jugada del segundo gol blanco (ni falta al portero, ni fuera de juego de Ramos...) y colorín-colorado, el partido se ha acabado. En la radio, los madridistas intentaban dar una vuelta de tuerca al asunto, atacando e incluso insultando al árbitro, al que acusaban de dar con "sus errores" un motivo para que se ataque al Madrid desde la falsa teoría conspiranoica, que tiene su orígen en la prensa catalana...y que debe tener lazos extensos, porque llega hasta el editor de éste blog...en la otra punta del país, donde lo más que se puede ver es el canal de los "mongolos" (Cuatro).
Quizás el error lo tuvo el entrenador del Murcia, al desvelar en Marca Tv que su táctica cambiaba a partir del 2-0, o tal vez fué el capitán del equipo, invitado al canal fascista del icono toreril....a partir de las 11 y las 12 de la noche respectivamente, en el dia previo a un partido...(¿No podían invitarlos dos días antes?...que bajo cae la prensa, que para influir en el partido llega a seducir a los humildes con unos minutos de gloria televisiva a cambio de perder el norte, la concentración y hasta el descanso).
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