Mickael aprendió que a esta gente da mas gustito callarles la boca de esta manera. Ha sido uno de los partidos de baloncesto que más me ha recordado a los encuentros de fútbol...el público permanentemente insultando..con gritos de "hijo de puta" permanentes, cantos de puta barça,...
En muchas ocasiones la actitud arbitral parecía demasiado encaminada a tolerar el juego cañero, el que conviene a los menos virtuosos.
Dos banderas de España habían sido colocadas detrás del banquillo azulgrana. Todo estaba adornado para la saña. Al final, contra viento y marea, un 75-81 que sabe a gloria. El Madrid tendrá que volver a enroscarse la lengua y pelear, porque a pesar de su condición de "favoritos por favorecidos"...seguirán sus pesadillas.
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