Este artículo va dedicado a los imbeciles,idiotas, descerebrados,...a esas personas que padecen frustraciones arraigadas en su subconsciencia profunda. Niñatos y no tan niñatos, que aprovechan la situación para salir a la calle a destrozar lo que pueden, a desahogar sus instintos bajeros, a compensar su déficit fálico, y de paso proporcionar argumentos a la prensa blanca para seguir publicitando estos hechos.
Anoche era un momento para el festejo de los culés y de todo el antimadridismo, y en medio de la muchedumbre se colaban grupos y grupos de pringados, a veces descamisados, otras veces arrojando petardos junto a los oidos del personal...eran fáciles de reconocer. Esas personas que cuando te las cruzas piensas..¿Que habrá debajo de su tapadera craneal?.
Destrozar una papelera es lo más fácil del mundo, romper un cristal también...no hace falta romperlo para demostrarse a uno mismo que se puede hacer. Quizás sus vidas sean tan escasas en adrenalina, sus realidades tan mediocres, que necesiten una justificación para salir a reventar lo que se pueda...pero con la COBARDIA de quien se escuda en la masa, en el anonimato.
Anoche sentí verguenza y asco, esos dos términos que a veces experimento ante la contemplación de realidades concretas.
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