Ha sido una gesta de los héroes vascos frente a la bastarda acción de robo sistemático de los arbitrajes nacionales. No pudieron imponer su ley, y eso que hicieron de todo. Pocas veces se ha visto un descaro tan indignante como el de San Mamés.
El Athletic salió a comerse a los blancos, y en el primer minuto se demostró con dos balones en el palo de la porteria enemiga. Un minuto después llegó el zarpazo del león, y el Madrid arrinconado se quedaba por debajo en el marcador.
Desde entonces arrancó la verguenza. El arbitraje del energúmeno González Vázquez lograba dejar contra las cuerdas al equipo local. Faltas inventadas una y otra vez para Cristiano Ronaldo. El niñato de pelo pincho fué el segundo engendro de la noche. Pisó a dos contrarios, en la primera ocasión a Koikili. Los leones pedían tarjeta, pero como en tantas ocasiones en el partido, el árbitro se reia de ellos en su cara y también de todos nosotros. Las cámaras de digital plus tampoco quisieron repetirlo. Luego vendría una segunda agresión que le costó sólo la amarilla, cuando por el camino habia hecho de todo, desde enfrentarse con Iraizoz, hasta hacer el amago de tirarle el balón en la cara a un aficionado del Athletic. Un partido más que hace el ridículo el pastillero portugués, chulo, engreido, zafio, vulgar, y lo más importante.... sin marcar ya en tres partidos (el mismo que dijo hace muy poquito que sólo se habla de sus goles).
Hubo un guantazo de Raúl, un penalti a Llorente, manos ignoradas, fueras de banda y saques de corner inventados. La primera amarilla a Iraizoz en toda la temporada es un dato significativo. Los jugadores locales se quejaban pero no servía para nada. Cerca del final, un expulsado, y luego más de seis minutos de descuento.
Todo esto que expongo son argumentos para demostrar la más exacerbada tiranía del poder en el deporte. Tenemos que verlo dia tras dia, y desahogarnos en este blog, punto de encuentro común. Al mismo tiempo que celebramos las victorias culés, como bofetadas en la cara del dominio impuesto.
Ha sido una gota de agua en el desierto, esas magníficas demostraciones de que las mentiras y la conspiración no pueden con todo. Los leones sacaron el empuje y lucharon, como dirían en Braveheart, como poetas guerreros...y conquistaron la victoria.
El árbitro corrupto y despreciable tiene ahora en su rostro y su memoria todas nuestras risas, porque nos reimos de ellos y de su repulsiva condición de vulgares saqueadores. Habeis llegado al descaro, habeis llegado a la verguenza, y aun así se ha resistido a caer la pelota de vuestro lado. Ahora si quedais en evidencia...
Desde entonces arrancó la verguenza. El arbitraje del energúmeno González Vázquez lograba dejar contra las cuerdas al equipo local. Faltas inventadas una y otra vez para Cristiano Ronaldo. El niñato de pelo pincho fué el segundo engendro de la noche. Pisó a dos contrarios, en la primera ocasión a Koikili. Los leones pedían tarjeta, pero como en tantas ocasiones en el partido, el árbitro se reia de ellos en su cara y también de todos nosotros. Las cámaras de digital plus tampoco quisieron repetirlo. Luego vendría una segunda agresión que le costó sólo la amarilla, cuando por el camino habia hecho de todo, desde enfrentarse con Iraizoz, hasta hacer el amago de tirarle el balón en la cara a un aficionado del Athletic. Un partido más que hace el ridículo el pastillero portugués, chulo, engreido, zafio, vulgar, y lo más importante.... sin marcar ya en tres partidos (el mismo que dijo hace muy poquito que sólo se habla de sus goles).
Hubo un guantazo de Raúl, un penalti a Llorente, manos ignoradas, fueras de banda y saques de corner inventados. La primera amarilla a Iraizoz en toda la temporada es un dato significativo. Los jugadores locales se quejaban pero no servía para nada. Cerca del final, un expulsado, y luego más de seis minutos de descuento.
Todo esto que expongo son argumentos para demostrar la más exacerbada tiranía del poder en el deporte. Tenemos que verlo dia tras dia, y desahogarnos en este blog, punto de encuentro común. Al mismo tiempo que celebramos las victorias culés, como bofetadas en la cara del dominio impuesto.
Ha sido una gota de agua en el desierto, esas magníficas demostraciones de que las mentiras y la conspiración no pueden con todo. Los leones sacaron el empuje y lucharon, como dirían en Braveheart, como poetas guerreros...y conquistaron la victoria.
El árbitro corrupto y despreciable tiene ahora en su rostro y su memoria todas nuestras risas, porque nos reimos de ellos y de su repulsiva condición de vulgares saqueadores. Habeis llegado al descaro, habeis llegado a la verguenza, y aun así se ha resistido a caer la pelota de vuestro lado. Ahora si quedais en evidencia...
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