El Madrid se pone a tres puntos del Barcelona. Ya hablé en otra entrada sobre la curiosa circunstancia de que en cualquier temporada, incluso aquellas en las que el Barcelona arrasaba en todos los aspectos, el Madrid siempre estaba metido en la competición. Esa circunstancia, que han justificado históricamente con la retórica de "la casta", esconde una realidad que fundamenta al antimadridismo.
Ya estamos en esas. El Athletic ha ganado a un equipo azulgrana gris que se queda a tres del Madrid. Que eso no reste mérito a los leones, porque han peleado y han jugado sus bazas meritoriamente.
Las palabras de Busquets en referencia al arbitraje no han sido a mi parecer afortunadas hoy. Es cierto que el colegiado mostró con ligereza tarjetas por protestar a Mascherano o al propio Busquets, o que podía haber mostrado la roja en una polémica jugada donde Neymar se quedaba solo ante el portero, pero esas cosas ocurren en todos los partidos del Barça, y deben argumentarse cuando se ganan los partidos. Sin embargo callan jornada tras jornada, y hablan hoy, dando el argumento a la prensa merengue para decir que los del Tata hablan del árbitro porque pierden.
Dejando esto a un lado, es normal que el equipo culé tenga una mala racha, como cualquier equipo formado por personas de carne y hueso. El problema es que el Madrid pasa de puntillas por sus malas rachas (Betis, Granada, Elche) con la ayuda de los jueces.
Es por eso que hoy pueden mostrarse eufóricos, solo por eso. Es el sabor amargo de una posición artificialmente lograda que sin embargo, no sabe amargo para una afición acostumbrada a inventarse excusas con las que entender estos despropósitos y seguir teniendo una buena digestión.
Es muy fácil ser del Madrid. Eso si, hay que servir.
Lo que sinceramente espero es que el barcelonismo no caiga en la trampa de fusilar al Tata. Los blancos conocen como funcionan los entramados internos del Barcelona, y saben que el catalanismo muchas veces hace que jugadores como Oleguer sigan jugando. Que no se eleve una crítica contra Cesc a pesar de su irregularidad, o que un argentino que viene a entrenar al Barça sea mirado con recelo.
Yo no comparto las críticas al juego azulgrana, salvo en los dos últimos encuentros donde el problema fue de ganas, de actitud. En cuanto al estilo, el Barcelona se excedía antes en un juego de toque que a veces le perjudicaba porque en determinadas situaciones del partido era necesario romper las líneas con juego de profundidad. Ahora dispone de un equilibrio que le permite ser flexible y combinar el toque con otra serie de argumentos que descolocan a un rival que pretende predecir el juego culé.
Recordareis lo que pasó cuando se marchó Cruyff. No había entrenador capaz de hacer funcionar a un equipo con personalidades fuertes en el vestuario y con un vacío dejado por un entrenador que parecía ser el fundamento del estilo. Con Guardiola ha pasado lo mismo y sin embargo el Tata ha logrado que la caída en picado no sea tal. Tiene un mérito enorme el número de victorias que hasta ahora logró el Barcelona, viniendo de donde viene. No caigamos en el error de la crítica destructiva basada más en fundamentalismos que aprovecha y fomenta el madridismo. Ahora es cuando el Tata debe recibir más apoyo que nunca, sobre todo porque hay pesos pesados en el vestuario que me temo que ahora se verán cualificados o autorizados para hablar por encima del entrenador, sobre todo porque sienten el respaldo de una opinión mediática que otorga permisos morales a voces que consideran catalanistas o simplemente catalanas. Probablemente estoy metiéndome en un charco al decir esto...pero así se ven las cosas desde fuera de Cataluña.
