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jueves, 25 de abril de 2013

En evidencia


Tengo que escribiros otra vez porque esta noche Tomás Roncero ha dicho unas palabras que definen y destapan al madridismo. Ya dijo algo parecido Alfredo Relaño en un artículo que escribió en el mismo diario donde trabaja el personaje en cuestión.
Resulta que el señor Roncero o Roncerdo, como preferais, apelando a la tan recurrida "épica" del Madrid, pasó posteriormente a definir en que consiste ese curioso fenómeno. Algo que hemos definido muchas veces en este blog. Según sus palabras, el equipo blanco haría mejor en no entrenar estos dias, para salir al campo con hambre de balón. El partido de vuelta ante el Borussia en el estadio madridista debe ser "Anarquía y caos". Nada más comenzar el partido hay que darle una leche a la estrella del equipo rival (supongo que Lewandowski), y cuando el árbitro intente hacer algo para impedirlo, ocho tios deben ir a comérselo. Es el denominado "miedo escénico", una forma en la que definen la impunidad y el amedrentamiento del rival que emplearon durante tantos años para meter "las pelotas" en la meta rival. Algo que no pueden hacer los equipos que no gozan de beneficios como la coacción y la presión extradeportiva. 
Ese ha sido siempre el ADN del Madrid. El conjunto blanco ha acusado durante años al Barcelona de presionar a los colegiados, cuando reconoce en momentos como este que esa ha sido y sigue siendo su clave y su recurso para obtener remontadas épicas al alcance unicamente de ellos. 
El Madrid, no nos confundamos, nunca ha cambiado. Sus armas siempre fueron esas. Nunca dejaron de usarlas, llevadas al extremo con especial intensidad en los clásicos, y contando con la complicidad del árbitro correspondiente. Su problema era que ante un barcelona más rápido, ágil, que solo puede combatir esas armas con la velocidad y la intuición a la hora del pase, no alcanzaban a culminar todas las patadas. El árbitro no pitaba una y dos, pero a la tercera se veía obligado a pitar, y hasta esa la protestaban los indignos súbditos de las malas artes.
Pero jamás cesaron en el ejercicio de su ADN. Hacían declaraciones repugnantes que nadie sancionaba, metían el dedo en el ojo al rival, ponían en la diana y en las portadas de los diarios a los colegiados que no les resolvían la papeleta por no excederse en exceso en la ayuda tradicional. Debió haber muchas más goleadas, los culés perdieron copas del rey e incluso alguna liga gracias a lo arañado por el Madrid mediante partidos donde era imposible jugar al fútbol. El Barcelona en su época gloriosa no obtuvo todo lo merecido.
Aún así le daban la vuelta a la tortilla para convencernos de que las víctimas eran manipuladores teatreros por lamentar una patada. De un modo similar a las modificaciones actuales en leyes y las órdenes a la policia desde el gobierno para etiquetar de violentos a los manifestantes o dehauciados en la crisis nacional que vivimos.
El fútbol es un caricatura de la sociedad, y el poder siempre será el poder.

3 comentarios:

Sonico dijo...

Amén.... Joder, que discurso....

Totalmente de acuerdo EN TODO

Eres un crack

Dertycia dijo...

Gracias hombre!! Me he dejado las vísceras

Anónimo dijo...

Lo de Roncerdo o Ranciero es enfermizo. Es un pobre hombre que vive de pelotear al poderoso y comer de vez en cuando con lo más casposo de las peñas madridistas. Digo lo más casposo porque hay que serlo para invitar a comer al gorrino este. Ahora se alía con ese pequeño monstruo que se llama Carmen Gorrino o Carmen Chumino y solo espero que el miercoles queden eliminados...despues pierdan la final de copa y como colofón que revienten los dos pero que no salpiquen.