Casillas y Cristiano

Muy buenas, amigos. Seguro que estáis al tanto de las imágenes donde Casillas mantiene una conversación con el segundo entrenador del Madrid, mientras una cámara casualmente los filma. Durante la charla, el guardameta blanco va descubriendo su vocación de entrenador, y expresa su deseo de hacer el curso que capacita para entrenar. Capacita...o eso pensábamos todos, porque el ejemplo de Zidane ha dejado claro que un madridista no necesita papeles, preparación ni cumplir requisitos de gente mortal para cualquier proyecto que se proponga.

Por otro lado, Cristiano Ronaldo demuestra su verdadera cara una vez más, tirando por tierra los descomunales esfuerzos de las persistentes campañas orientadas a limpiar el concepto que la opinión pública se permite fabricarse. Primero un periodista del programa cavernario "Jugones" recibe un corte, cuando preguntaba al luso si podía grabar su salida al campo. Cristiano le responde que no, y añade en tono chulesco "la curiosidad mató al gato...¿se dice así en español?".
Después de aquello, otro periodista le pidió un segundo de su tiempo para hablar con él. Cristiano responde: "¿un segundo? ¿para qué...?", sin detenerse en su camino, poniendo de manifiesto otra pataleta más contra el mundo que no lo mima. No es suficiente con que le regalen para reyes un balón de oro, o le mejoren las condiciones del contrato. El ego desproporcionado del jugador requiere un dorado de píldora contínuo. En lugar de disculparse y mostrar humildad por aparecer borrachuzo en una fiesta organizada antes de tiempo, se pone chulo. "Una fiesta no se puede anular tan fácilmente", dicen para excusarle. Pero la realidad es que una fiesta no se organiza para después de un encuentro así, a no ser que tengas la soberbia tan alta como para darlo por ganado. Eso pasó, no nos engañemos, y le metieron 4.

Nos habían dicho que Cristiano había madurado, que estuvo triste pero la tristeza se le quitó, que había cambiado su actitud y ahora jugaba para su equipo...en definitiva, ya era mayor, maduro y solidario. Y sin embargo, Messi le ha comido el terreno goleador a pesar de media docena de penaltis menos. Y ¿con qué coincide su bajón?...pues con el balón de oro. Y os puedo asegurar que lo predije. Cuando quedó constatado que había otra vez un montaje para darle el trofeo al portugués, me consolaba la certeza de que la motivación de un egoísta resulta siempre mermada después de ver satisfecha su necesidad de premios individuales.

Si Messi prosigue en su empeño de desbancar a Cristiano, podemos ver multiplicada la pataleta, a no ser que aparezca la fiscalía o algún juez para impedirlo...