El partido ha sido de lo más asqueroso y rastrero que he podido contemplar en mucho tiempo. El árbitro (Perez Lasa) cortaba la mayor parte de los ataques del Almeria. El Madrid se permitía subir con practicamente todo el equipo al ataque, porque las contras las cortaba con agarrones o faltas que no veían tarjeta, y aprovechaban para replegarse. En caso de que los de casa intentaran sacar rápido, llegaban y desplazaban el balón, como hizo Marcelo en una ocasión en el segundo tiempo. Luego las cámaras lo descubrieron burlándose del jugador contrario que protestaba. Parecía que el Madrid era el de casa...
Sergio Ramos podía subir y cabecear subiéndose en la espalda del rival, Ozil se tiraba cada dos por tres y lograba faltas-comodín.
Los de casa, ejemplares, atrevidos, luchadores....nos quedamos sin calificativos...lograron el primer gol. Acto seguido, el arbitraje se volvió aun más extremo si cabe, ...los de Almeria solo podian aguantar, achicar balones, soportar zarandeos sin entrar a devolver el cuerpo a cuerpo, ganando la posición, no perdiendo el orden.
A pesar de todo, el empate llega con una jugada donde el Madrid (al que nadie le corta las contras) hizo circular la pelota mediante un control con el brazo de Di María.
Luego, más acoso y derribo, faltas y más faltas para el Madrid...cuatro minutos de descuento, y a falta de culminación por parte de Ronaldo, se inventan una mano para acercar la pelota al borde del área. Para ese momento, las gradas ya gritaban una vez más "Así, así, así gana el Madrid".
El partido acabó, con numerito de impotencia para Casillas, que se descubrió como un integral prepotente capitaneando un equipo de mercenarios con carta roja para todo.
No pudo ser la victoria, porque el robo evidente hizo estragos, pero tampoco se llevaron a casa los tres puntos, como suelen lograr en mil ocasiones como esta.
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