Athletic de mis amores, ¿qué me has dado?. Pues un orgasmo el sábado. Iñaki Williams y Aduriz me hicieron derrochar borbotones de entusiasmo, rios de gusto, carcajadas de placer. El domingo, otro medio orgasmo como resultado de cada uno de los seis mazazos que el Barça endosaba en el corazón merengue, representado en forma de filial vallecano. Un orgasmo y medio orgasmo no equivalen a orgasmo y medio, porque no se suman sino que se potencian, se multiplican, se exponencian... de modo que al final terminé en una nube, elevado a los altares del antimadridismo.
Me sentí como un aficionado Athlético más, sumado al coro que cantaba "Athleeeeeeeti" oeee, ... y el cabezazo de Aduriz empujó la pelota con la energía de un ejército de pechos que desde miles de hogares latían por y para la derrota madridista.
La unión del madridismo se disuelve como un azucarillo cada vez que ocurre algo así. La maquinaria del control mediático es tan potente que ante determinadas circunstancias se vuelve contra la mano que la alimenta, y es entonces cuando disfrutamos. La hipertrofiada estructura de alienación ataca a los enemigos todo el tiempo en circunstancias normales, ...ya estamos acostumbrados, casi inmunizados. Pero ellos no lo están, por eso la sufren tanto y tan mal.
Ahora solo queda esperar. Cristiano ya empieza a borrarse, a frustrarse, a pelearse con los compañeros. Las arengas de Ancelotti cada vez son más frecuentes e inútiles, de modo que empezaron las riñas. Pero el ejército de figurines no está para aguantar riñas de quien nunca ha mandado.
Para mí el asunto pinta bien. Vamos a ver que pasa.
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