El presidente del Madrid intentó frenar la
investigación e incluso amenazó con paralizar la Liga. Según narra
Ruiz-Jarabo: «Este (por Florentino Pérez) decidió hablar con Enrique
Giménez-Reyna, que era el secretario de Estado de Hacienda. (...). Según
un testigo de la conversación, el volumen de voz empleado por
Florentino (y consentido por Giménez-Reyna ) era el que hubiera empleado
un capataz para dar una orden a un obrero. Tras manifestar su
indignación por el inicio de las inspecciones, Pérez declaró que el
fútbol español no iba a consentirlas, por lo que estas debían
paralizarse inmediatamente. En caso contrario, amenazó, ellos pararían
la Liga de fútbol y "a ver cómo aguanta el Gobierno los domingos sin
partidos"».
Lo peor, según el autor del libro, no fue el
contenido de las palabras de Florentino, sino que Giménez-Reyna les
convocó al director de la Inspección y a él para trasladarles la
instrucción recibida y sugerirles que la ejecutaran, que paralizaran las
inspecciones. Según Ruiz-Jarabo, la respuesta de la Agencia -«por
moralidad pública y por legalidad»-, no podía ser otra que seguir
adelante con las inspecciones. Pero Giménez-Reyna les transmitió: «La
Agencia Tributaria no puede crearle un problema a José María Aznar, al
presidente del Gobierno. Ante el riesgo que corremos y como superior
vuestro, os ordeno que deis las instrucciones para paralizar las
inspecciones».
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